El de los libros


Novelas cortas Stefan Zweig


Acabo de saborear por segunda vez un delicioso relato de Stefan Zweig; y, como toda buena relectura, lo he saboreado lentamente y con fruición. Se trata de Mendel el de los libros, una de las mejores novelas cortas que he leído.



La prosa de Zweig en esta parábola del pueblo judío y su destino es cristalina, sin filigranas, pero con cierto lenguaje poético, estilo elegante, inteligente, con un claro acento en los valores humanos. Una permanente mirada al pasado convertido en un presente continuo. Recordar y describir el mundo que ya no es mundo; el mundo que debía haber existido pero nunca existió. Con alma y talento. Un modelo.

En esta pequeña joya, claro exponente de la literatura del siglo XX, una situación imprevista lleva al narrador, del que nada y mucho se dice, al Café Gluck, que visitó mucho tiempo atrás. Tirando del hilo de los recuerdos, del porqué de su visita a dicho café, nos presenta a Jakob Mendel, un viejo judío ruso que se convirtió en una leyenda en la Viena de entreguerras por sus conocimientos sobre catálogos de libros y su memoria prodigiosa. Describe el gran valor personal de este librero sui géneris (su despacho es un velador del Gluck) y lector compulsivo, contando su historia y sus hechos.

Poco después de estallar la Gran Guerra, Mendel acaba siendo detenido y deportado a un campo de prisioneros durante dos años, acusado de traición al Imperio Austrohúngaro, tras lo cual acaba siendo sólo una sombra perdida de su pasado en espera de un final inevitable. «Mendel ya no era Mendel, como el mundo ya no era el mundo».

Es un librito de tan sólo 57 páginas de lectura ágil y arrebatada, que puede recomendarse a cualquier persona que sienta alguna estima —en mayor o menor grado— por el género humano. Y pasión por los libros.


Mendel el de los libros, de Stefan Zweig.
Título original: Buchmendel.
Traducción de Berta Vias Mahou.
Acantilado Editorial, 2009.